Una de las escenas inolvidables que regaló el cine fue protagonizada por un joven Mickey Rourke que alimentaba con frutillas a Kim Basinger, en la película “Nueve Semanas y Media” (1986). Pero más allá de su significación como icono de sensualidad, estos pequeños frutos son una exquisitez que vale la pena incluir en la dieta en toda época del año, solos o como acompañamiento de distintos postres.
Los frutos rojos o frutos del bosque son actualmente un ingrediente más en nuestros platos gracias al cultivo. Aunque extrañemos las bayas silvestres, las que recolectábamos en los paseos por el bosque y teñían nuestras manos, no podemos dejar de aprovechar esta fuente de vitaminas, minerales y antioxidantes que estos frutos nos ofrecen.
Las frambuesas son verdaderamente exquisitas y también ricas en vitaminas C y E, poseen un alto contenido en agua y fibra. Aportan además pequeñas dosis de calcio, potasio, magnesio y hierro. Su forma de consumo es innumerable, pero los helados y las mermeladas resultan deliciosos.
Las moras, que se pueden obtener del arbusto, la zarzamora, con un sabor más dulce o del árbol, la morera, es una baya con una buena fuente de vitamina E, muy beneficiosa para el sistema circulatorio, también tiene una buena dosis de vitamina C como el resto de bayas, resulta ideal para otorgar un sabor agridulce a platos salados y como no, para hacer mermeladas, compotas, tartas, etc.
Se llevan la palma las frutillas del bosque, tienen un sabor único, intenso y dulce. Aportan hierro, ácido fólico y salicílico, vitamina C y en menor proporción A y E. Son muy ligeras, el 85% es agua y se consumen de cualquier manera, al natural o en todo tipo de postres.
Los arándanos también son muy solicitados sobre todo por quienes disfrutan de los sabores ácidos, aunque para suavizarlos, se suelen consumir combinados con ingredientes más dulces o también salados, ideales para mermeladas y salsas. Los arándanos también son ricos en vitamina C y hierro.
Disfrutar de estos deliciosos frutos en ensaladas, repostería o solos, requiere cierta pericia a la hora de la compra: la piel, el mes de cosecha y el modo de conservación inciden en el gusto.
Para elegirlos bien hay que tener en cuenta algunos detalles. El fruto debe tener la piel roja, con buen brillo y aspecto turgente; si por el contrario presenta zonas oscurecidas y está blanda es que está próxima a marchitarse.
Podemos disfrutarlos naturales, en postres, salsas, ensaladas, como guarnición de carnes, en batidos, etc.
Poner las frambuesas con el azúcar en un bol y dejarlas un ratito. Hacer un puré y agregar la crema batida y mezclar. Aparte batir las claras a nieve e incorporarlas mezclando suavemente a las frambuesas. Llevar a la heladera por lo menos 3 horas.