Fonda, comidas populares.
- Fernando Alvarez dejó su opinión
- hace 2 años
Durante las vacaciones de julio de 2022 en Bariloche fuimos con mi esposa a DONDERA La Fonda, la Cocina de Alberto López. Estuvimos esperando afuera 5~10 minutos porque llegamos antes de que abriera. Así que fuimos de los primeros en entrar, pero a los 5 minutos ya estaba repleto. Después pude ver que en el sitio web dice “HORARIO DE APERTURA Y CIERRE: Abrimos cuando llegamos, cerramos cuando nos vamos. Si vienen y no estamos, es porque no coincidimos…” ¿No es genial?
Se ve que es muy bueno y popular. En las paredes se pueden ver enmarcadas, camisetas firmadas por deportistas famosos como Maradona, Messi, Dybala, y otros tantos que no pude identificar.
A todo ésto, ¿quien nos atiende? ¡El mismísimo Alberto López en persona! Un veterano crack, pero crack de verdad. Todo un personaje.
Alberto va detrás del mostrador y pone música. ¡Un bluesacho de aquellos! Creo que era Joe Bonamassa o Stevie Ray Vaughan, no me acuerdo. Le digo -¡Qué buena música, Alberto! y me responde -Acá se escucha blues y jazz.
Veo que en otras mesas hay familias con niños y Alberto les lleva una lata con lápices de colores y una hoja con dibujos para colorear, unir los puntos, crucigramas, de todo para mantener entretenidos a los niños mientras esperan la comida. Recuerdo cuando yo era chico, cómo me aburría cuando mis viejos me llevaban a restaurantes. ¡Alberto! ¿Por qué no existías cuando yo era chico?
Nos trae la carta y nos dice que la especialidad son las milanesas. De hecho, en una de las paredes luce un diploma del Festival Nacional de la Milanesa que se realizó en la provincia de SanLuis nno recuerdo en qué año, donde fueron condecorados con el 1er y 2do puesto.
Tienen una gran variedad, y con nombres muy originales (los comentarios entre paréntesis son míos):
– El sodero de mi vida (en clara alusión a la telenovela de 2001 protagonizada por Andrea del Boca y Dady Brieva)
– La venganza de Montecristo (también en clara alusión a la novela El Conde de Montecristo, escrita por Alexandre Dumas en 1844)
– Te mataré Cortéz (no sé si es en alusión a Nos Matamos, la canción de Jhay Cortez; o a Hernán Cortéz, el conquistador español)
– Amor a las brasas (¡guau!)
– La traición de María (¡qué habrás hecho, María!)
– Juanita López (¿será la hija de Alberto?, no lo sé)
– Pasión gitana (¡oooleee…!)
– Vuelvo a casa mamá (para mi, el mejor nombre)
– La del pueblo (de acá deben poder comer unos cuantos)
– La 32 (¿qué será la 32?)
– La especial de la casa (la que resume todo lo anterior)
Le digo a Alberto que en realidad vinimos a comer pizza porque habíamos merendando tarde y no teníamos mucha hambre y me dice -Las pizzas son de ocho porciones, pero mirá que son así, eh (separando el índice y el pulgar como 2~3 cm).
Mientras esperábamos la pizza nos trae para ir haciendo diente, una panera, un bowl con un poco de arroz primavera pero con mayonesa, otro con algo parecido a una salsa tártara, y unas rodajas de berenjenas en escabeche. ¡Una locura lo rico que estaba todo eso!
Después nos trajo a cada uno una empanada de carne (que estaba espectacular) -Cortesía de la casa -dice Albeto.
Ya con todo lo que habíamos picoteado casi no teníamos más hambre, y nos traen la pizza. ¡Mamita, no sé como íbamos a hacer para comer todo eso! No pudimos terminarla. Pedimos la cuenta y Alberto me dice -Te envuelvo lo que sobró así te lo llevas, y ésta noche cuando te levantes a las 4 de la mañana para ir al baño, te la comés fría que está buenísima.
De salida vemos que en otras mesas habían pedido milanesas. Así que volvimos otro día a comernos una buena milanesa que, a pesar de estar con hambre porque habíamos desayunado muy temprano, casi no pudimos terminar. En la mesa de al lado había una pareja siendo atendida por uno de los colaboradores de Alberto. El chico les dice a los clientes que -Las milanesas son para dos personas. Acá los platos son grandes y el mozo es chico -en alusión a su propia estatura. La cultura de Alberto transmitida a sus colaboradores. Yo diría “platos grandes y precios chicos”, porque francamente se come bien, muy abundante, y se paga poco para todo lo que te sirven.
Al retirarnos me acerco a saludar a Alberto y a decirle lo gratamente sorprendido que quedé con el lugar, con su persona y la de sus colaboradores. Alberto me dice -Es que ésto es lo que amo hacer. Si no fuese así, me dedicaría a otra cosa.
Así que si andan por Bariloche, no se pierdan de ir por DONDERA, La Fonda, la cocina de Alberto López. Créanme, toda una experiencia.